Existe un viejo aforismo jurídico que dice que lo que redunda no daña. El problema es que redundar, redundar, salvo la reiteración o copia literal, no hay redundancia que valga, por que el castellano es tan rico en matices que aunque uno cree que está diciendo lo mismo, resulta que lo mismo, lo mismo, no es. Por ejemplo, de las tres firmas de la arrendadora, ¿cual es la verdadera y cuales son burdas imitaciones? Es lo que tiene este fantástico idioma. Cuando trabajaba en el Registro de Penados y Rebeldes (si, todos tenemos pasado y el mío incluye haber sido parte del aparato opresor del estado), pude ver muchos casos similares. Por ejemplo, en las fichas que rellenaba la policia y la guardia civil, tenían que especificar de dónde era el detenido. En castellano, se dice de dónde eres natural, y por tanto en la ficha venía asi: "Naturaleza:................." Recuerdo perfectamente que un guardia civil, no sé si novato o pasado de rosca, rellenó en una ocasión: "Naturaleza: robusta." Como no fuimos capaces de encontrar en la feraz geografía española un topónimo similar, tuvimos que poner que era del pueblo donde la guardia civil le había detenido, eso si, con poca seguridad jurídica por nuestra parte. Claro que el informático que diseño el sistema no lo hizo a prueba de las interpretaciones variopintas de nuestro sin par idioma. Saludos.
6 comentarios:
Muy bueno.
Muy bueno.
Muy bueno.
Espera, espera, quiero ver las otras dos copias. Juraría que tienen otras tres firmas cada uno.
:)
Saludos.
¡Me cachis!, se me adelantó Miguel
¡Cáspita!, se me adelantó Miguel
¡Caramba!, se me adelantó Miguel
Por cierto, David, el aumentativo de triplicado, será sextuplicado... ¿no?
Saludos cordiales
No es ninguna tontería, ojo: así hay más muestras para el perito calígrafo que tendrá que intervenir tarde o temprano.
Me partooooo...
Existe un viejo aforismo jurídico que dice que lo que redunda no daña. El problema es que redundar, redundar, salvo la reiteración o copia literal, no hay redundancia que valga, por que el castellano es tan rico en matices que aunque uno cree que está diciendo lo mismo, resulta que lo mismo, lo mismo, no es.
Por ejemplo, de las tres firmas de la arrendadora, ¿cual es la verdadera y cuales son burdas imitaciones?
Es lo que tiene este fantástico idioma. Cuando trabajaba en el Registro de Penados y Rebeldes (si, todos tenemos pasado y el mío incluye haber sido parte del aparato opresor del estado), pude ver muchos casos similares. Por ejemplo, en las fichas que rellenaba la policia y la guardia civil, tenían que especificar de dónde era el detenido. En castellano, se dice de dónde eres natural, y por tanto en la ficha venía asi:
"Naturaleza:................."
Recuerdo perfectamente que un guardia civil, no sé si novato o pasado de rosca, rellenó en una ocasión:
"Naturaleza: robusta."
Como no fuimos capaces de encontrar en la feraz geografía española un topónimo similar, tuvimos que poner que era del pueblo donde la guardia civil le había detenido, eso si, con poca seguridad jurídica por nuestra parte. Claro que el informático que diseño el sistema no lo hizo a prueba de las interpretaciones variopintas de nuestro sin par idioma.
Saludos.
Publicar un comentario